Muy de mañana un niño de manera constante y esmerada agarraba las estrellas de mar y las tiraba hacia el agua; eran millones las estrellas de mar que estaban por toda la playa, incontables. Un anciano que pasaba por el lugar se acerca al menor y conociendo el trabajo que el niño intentaba hacer, le replica:
– No deberías cansarte en vano, ves que hay miles de estrellas de mar, el sol saldrá pronto y podrás salvarlas a todas de morir cocinadas por el gran calor.
El niño, sin siquiera para en su labor, toma una estrella y responde al anciano.
– Es verdad, no podré salvar a todas; pero para esta estrella que tengo en la mano, vale que me canse y haga este esfuerzo. Hoy hice la diferencia para esta estrellita de mar.
Es hora de marcar la diferencia, es la Hora Del Planera 2009, ¿marcarás la diferencia? o ¿prefieres criticar de lejos?.
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