Marraqueta, Marraqueta, ¿Dónde Estás?
Mi querida marraqueta: en vano te esperé desde el pasado lunes para acariciarte y mordisquearte como lo hago desde hace muchos años. ¿Por qué me abandonaste, querida marraqueta, si siempre te fui fiel? Al no verte en mi mesa, como todas las mañanas, me sentà triste y abandonado, y decidà quejarme a las autoridades luego de preguntar a Dios: “Padre nuestro, ¿dónde está el pan nuestro de cada dÃa?â€.
Llegué a la comisarÃa policial de mi barrio y dije a la autoridad: “Señor comisario, le pido justicia, pues mi marraqueta ha desaparecidoâ€. Como los altos jefes policiales no saben de ternura, el oficial me miró y me dijo con desprecio: “¿Usted cree que voy a perder mi tiempo buscando su marraqueta, sabiendo que tengo otras denuncias por extravÃo mucho más importantes que la de su pan? RetÃrese de mi comisarÃa antes de que ordene su arresto por ‘faltamiento’ a la autoridadâ€.
Una cholita acusada por especulación se condolió de mi suerte y me dijo: “Caballero, no te pongas triste por tu marraqueta, yo te puedo obsequiar estas ‘allullas’ (pan sarnita) para aliviar tu hambre y el de tus guaguachasâ€. La observé con mis ojos ‘chaskañawis’ y de mirar profundo, y antes de derramar un lagrimón le respondÃ: “Tus allullas no me interesan ni tus ‘kaukas’, ni tus ‘chamillos’, yo quiero mi marraqueta porque me crié con ella y la tuve entre mis manos todas las mañanas con mi desayuno, y en algunos atardeceres –a la hora de la merienda– la untaba con mantequilla frescaâ€.
La cholita sólo atinó a decirme: “La marraqueta ha desaparecido y eso quiere decir que las cosas en el paÃs andan muy malâ€, y se marchó con sus allullas, sus kaukas y sus chamillos. ¿Cómo proponerme sustituir mi marraqueta con esos panecillos sin belleza, sin consistencia y sin la miga necesaria?.
Me fui caminando hasta la zona de San Pedro, donde un italiano apellidado Figliozzi ‘adoptó’ a mi marraqueta y hasta le dio su apellido; allà vivió desde hace varias décadas mi marraqueta Figliozzi y después fue apadrinada por los Sáenz y sus descendientes. Allà la busqué y no estaba, tampoco en otras panaderÃas.
Como no me resigno a perderla y la extraño mucho, decidà escribirle esta carta de amor, pidiendo a todos mis lectores que me ayuden a buscarla y encontrarla. Como datos referenciales debo decirles que es crujiente y mantecosa, y nada tiene que ver con Marruecos, aunque tiene un lejano parecido con la baguette francesa; mi marraqueta es más morenita, más cholita y más mestiza.
Marraqueta, marraqueta, ¿dónde estás? Yo te seguiré buscando.
Autor: Paulovich
es un grande paulino huanca