Que No Sea Otra Navidad
La historia nos regaló un gran evento. Más allá de las divergencias de fechas, lugar o que algunos simplemente quieran dimitificar el nacimiento de Jesús en este mundo, no hay duda que el evento que vamos a celebrar marcó nuestra existencia.
¿Qué celebramos en esta fiesta? – por decirlo de un modo, un cumpleaños, el nacimiento de Dios hecho hombre. Jesús nació para hacer un trabajo que absolutamente nadie más pudo haberlo hecho, proveer el único modo de salvar nuestras vidas de un castigo eterno, brindarnos la oportunidad de tener una relación personal con Él, ofrecernos el perdón absoluto de nuestras fallas y pecados, proveernos la seguridad de que volveremos a verlo. Vino a decirnos que es por medio de la fe que podremos ver y ser mejores.
La navidad tiene un gran significado; pero muchos han hecho de esto el mejor negocio de fin de año, y de algún modo han cambiado el sentido de lo que se celebra hoy. Imagine conmigo por un momento. Usted hace un gran esfuerzo por preparar todo para celebrar su cumpleaños, tiene listo el lugar, la comida, todo el ambiente esta decorado y preapardo para festejar su aniversario. Llegan los invitados y cada uno, lo primero que hace es elogiar el decorado, las sillas, el lugar, la comida, la música; luego comienzan a hablar de cualquier otro tema, comen, beben y se chupan los dedos con el sabor de la torta; es otra reunión social para ellos. ¡Qué hermoso momento de fraternidad!. Al final agradecen su hospitalidad y se retiran. En ningún momento se acordaron que celebraban su cumpleaños, no hubo el cumpleaños feliz para usted. ¿Cómo se sentiría?, ¿Cómo se sintió cuando un ser querido olvidó su cumpleaños o no le compró un presente para usted?.
La navidad es una gran fiesta; celebremos, alegrémonos, sonriamos; pero nunca, jamás olvidemos el verdadero sentido de esta celebración. Si es necesario dejemos de lado las luces, el arbolito, las bombitas de colores, al mismo Papá Noél, que al final de cuentas viene a ser un cuento inventado para mercadeo, y recordemos el verdadero sentido de la Navidad y, a lo mejor, solo así tendremos una feliz navidad.